Discusión
A causa de las diferencias observadas al comparar softwares de procesamiento de SPECT miocárdico gatillado, su utilización indistinta no es recomendable, a pesar de su buena conocida correlación. Como respuesta a esto, ECTb incluye en su nueva versión ecuaciones de regresión para el cálculo de la FEVI, donde el usuario es libre de elegir una u otra; R0, R1 y R2, siendo R0 los valores originales entregados por el programa.
La ecuación de regresión R1 está basada en la comparación de los valores de FEVI obtenidos usando ECTb con aquellos calculados por QGS. Un grupo de 30 pacientes fue sometido a estudio SPECT con doble isótopo gatillado en 8 cuadros, y RM gatillada de 12-16 cuadros. Los bordes endocárdicos de la RM fueron dibujados a mano por expertos, ciegos a cualquier resultado obtenido por imágenes SPECT, para así procesar los volúmenes ventriculares izquierdos, y posteriormente FEVI. QGS y ECTb fueron usados para calcular la FEVI de forma automática en las imágenes isotópicas, sin la intervención del usuario. El análisis de Bland-Altman demostró que la diferencia promedio entre ECTb y RM fue de -0.008, lo cual no era significativamente distinto del 0. La diferencia promedio entre las FEVI de QGS y RM fue significativa, subestimándola por 0.084. En consecuencia, la FEVI de ECTb era mayor en promedio en 0.76 comparada con QGS. Así, usando la inversa de la ecuación de correlación entre ambos softwares, ECTb transforma la FEVI a valores similares a los que se obtendrían usando QGS.
Similar a lo encontrado por nosotros como por otros investigadores y en correspondencia con lo antes mencionado, el VFD y la FEVI fueron sistemáticamente más altos con ECTb que con QGS(12,18), y VFS más bajos(9), aunque VFD no presentó mayores cambios entre una y otra ecuación de regresión al usar ECTb. Ni la edad ni el sexo de los pacientes influyó en los parámetros funcionales, sin haber diferencias significativas en los valores obtenidos en estos distintos grupos.
En los casos que contaban con ecocardiografía, QGS subestimó de forma significativa los valores de FEVI en comparación con ECTb al ser procesados con la ecuación R1, siendo este último más semejante a los obtenidos por método Simpson, pero sobreestimando los valores más bajo, y subestimando los más altos.
El análisis de Bland-Altman mostró diferencias promedio menores entre las FEVI calculadas manualmente de QGS vs ECTb con ecuación R1 que con R0, aunque con una desviación estándar mayor en el primero, y límite de concordancia más estrecho que los valores originales de Emory, cumpliendo el objetivo de volver las FEVI más similares entre softwares, pero aun siendo significativamente distintas. En ambas ecuaciones la mayor dispersión de los datos se encuentra en el extremo inferior de las FEVI, donde habitualmente esta la mayor cantidad de pacientes cardiópatas, siendo relevante para el seguimiento clínico(19).
Al igual que nosotros, Toba et al. encontraron mayor dispersión de las FEVI cuando fueron calculadas con QGS , usaron como patrón de oro ventriculografía de contraste, en 49 pacientes, en especial en volúmenes menores a 50 ml (en nuestro caso, en 40 determinaciones y corte menor a 80 ml con patrón ecocardiográfico), se tradujo en la mayor diferencia entre las FEVI obtenidas por ECTb y QGS(20). Concordamos con esos autores que lo atribuyen a problemas esenciales del software QGS en la detección de los bordes miocárdicos, ya que al decidir el límite endocárdico, QGS se basa en gaussianas asimétricas generadas en el perfil tridimensional de cuentas del ventrículo izquierdo, lo que en corazones pequeños genera alteraciones en los perfiles de cuentas al contar con una menor resolución de imagen, y sumarse a la radiación dispersa del miocardio adyacente, lo que no es tan evidente con el método de procesamiento de Emory.
Cabe destacar que la mejor correlación se obtuvo entre las FEVI en el caso de los estudios procesados automáticamente, contexto en el que fue diseñada la ecuación de regresión R1, demostrando un cambio mayor entre esta y los valores obtenidos por el procesamiento original de Emory (R0); sin embargo, en la práctica clínica, como, la gran mayoría posee alguna alteración, (más de la mitad en nuestro caso defectos fijos de perfusión) por lo que la delimitación de bordes es más difícil e incierta, observándose un mayor porcentaje de artefactos al ser procesados de forma automática siendo el operador el que finalmente debe fijar los parámetros para el cálculo de los bordes miocárdicos(21). Esto se tradujo en una diferencia promedio de R1 con QGS de 12.5%, por lo que la diferencia con este último se mantiene significativa. Esto quiere decir que un paciente que en su seguimiento cuenta con estudios procesados con distintos softwares presentará variaciones mayores al 10% en su FEVI, pudiendo influir negativamente en su manejo clínico.